- Un gran nevazo
caído el martes de carnaval, no impidió que las quintas torearan la vaquilla en
las eras de abajo.
Los recuerdos son la evidencia de nuestro proceso vital, ellos dan cuenta de lo que hemos tenido que caminar para encontrarnos en el sitio actual ...
En esta ocasión nos vamos a trasladar
hasta el año 1957, en este año entró en quinta mi padre, Mariano junto a Zoilo,
Gaspar el Pielero, Martín Baila, Candi el de Vitorina, Lucio y Marino.
Las Quintas, eran Vitoria la de tío
Enrique que iba por Zoilo, por Martín tía Angelita, por Lucio Eugenia, por
Gaspar fue Carmen, por Candi Florencia y la quinta de mi padre su prima
Federica.
Mientras, a nivel Nacional, el régimen
del General Franco se encontraba inmerso en una crisis de gobierno, que le
llevaría finalmente a cambiar a muchos de sus Ministros para solventar sus
problemas internos, sobre todo en materia de educación y económica. Este año
también salta otro conflicto, esta vez en Sidi Ifni, lo que obliga a que la Quinta tuviera que
marcharse antes a cumplir el servicio militar
Para empezar, el domingo Gordo los Quintos
fueron al Ayuntamiento para ser tallados, en esta ocasión el Alcalde de la
localidad era Tio Orosio el de Dña. Carmen y el médico D. José Molina que se
encargó del reconocimiento médico. Como anécdota tenemos lo que le paso a
Martín, que el pobre no quería bajar mucho los pantalones y el médico le iba
diciendo “baja, baja, baja…”, y claro Martín tanto bajo el pantalón, que acabo
a la altura de los tobillos….¡que buenos recuerdos y cuantas sonrisas!
El lunes corrieron los gallos, como
era costumbre y el martes……, como ha pasado esta semana, Hoyocasero amaneció
por un manto blanco de nieve de medio metro, lo que no fue impedimento para que
ellos celebraran su fiesta. Por la mañana bajaron y limpiaron bien la era
grande que está por debajo del cuartel y por la tarde todos vestidos con sus
mejores galas, engancharon la yunta de mi abuelo Resti al mejor carro que en
esos momentos había en el pueblo, el de tío Nemesio, el cual lo había comprado
nuevo y estaba pintado con unos alegres y llamativos colores, quién no dudo en
dejárselo a los Quintos. En la plaza del pueblo montaron las Quintas con su
mejor mantón y ellos con sus mejores galas y la mantilla. Mi tío Marcelino al
mando de la yunta y así bajaron los Quintos de este año seguidos por todo el
pueblo para ver torear la vaquilla.
¡Menuda chapatina!, eso dice mi madre
al recordar como estaban las calles del pueblo, pero nadie quiso perderse el
festejo.
La casa este año la dejaron también
mis abuelos, allí hicieron su celebración los Quintos del 57, este año fue una
oveja la que pasearon los quintos engalanada por las calles y tabernas del
pueblo la cual como era costumbre era sacrificada el sábado y que servía de
alimento para los días de celebración junto a todo lo que los vecinos de
Hoyocasero les habían regalado el sábado, cuando se iniciaba la celebración.
Los músicos que acompañaron a esta quinta eran
Domingo y Martín Curita que se encargaron de amenizar la fiesta todos los días.
Y el miércoles de ceniza, al
“desajumorio”, el caldero viejo iba lleno de gomas de alpargatas, cuernos y
crines de los animales y cualquier cosas que hiciera humo y olía mal, y así
fueron pasando por las casas para ahuyentar los malos espíritus, claro esto lo
hacían por la mañana, a primera hora y las mozas que había en casa, bien se
preocupaban los quintos de levantarlas.
Por la tarde se celebraba el entierro
de la sardina, y hasta el Salón de Tío Emiliano echaba el cierre por cuaresma
hasta el Domingo de Pascua.
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Jura de Bandera de Mariano Martín |
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