jueves, 31 de diciembre de 2020

MEMORIAS DE UN MÉDICO RURAL. CAPÍTULO FINAL (Por Antonio Blanco)

Y sin darnos cuenta, tras nueve entregas apasionantes, llegamos al final (bueno..., me he guardado algunos vídeos para ponerlos en otra entrada). 

Te vamos a echar de menos Antonio. Tanto los que hemos sido protagonistas de alguno de los recuerdos, como los que se han acercado al Hoyocasero de los 80 gracias a tus vídeos. Esperaremos a que pase la pandemia y procuraremos recordar en persona los buenos momentos que inmortalizaste con tú cámara.

Estamos profundamente agradecidos porque tu forma de exponer los hechos de nuestra localidad, tus relatos, nos han permitido descubrir lo afortunados que somos, hemos comprobado de primera mano que aquellos que nos precedieron eran personas humildes pero agradecidas, que supieron resignarse con lo que les toco vivir.

Decía Marco Tulio Cicerón: "tal vez la gratitud no sea la virtud más importante, pero sí es la madre de todas las demás”. Así que....

¡GRACIAS DE CORAZÓN!

Pintura en la nieve.


En abril de 1986, Carlos, pintor y escultor de Hoyocasero, me invitó a que grabase una de sus obras en la nieve. Fuimos dos días a la plataforma de Gredos, me sentó en una ladera y cámara al hombro, me dijo: ¡desde aquí, a grabar!

Mientras yo pasaba frío y grababa, él se movía por la otra ladera, esparciendo unos polvos de colores con un colador. Casi nos fuimos calentitos a casa, porque a unos montañeros ecologistas no les gustó su obra.

Años después recordamos esos días en el Palacio de Abrantes de Salamanca, donde Carlos expuso sus esculturas.




Fiestas

 Seré sincero: No me perdía ninguna de los pueblos de alrededor. Desde Burgohondo a Navarredonda. Del otro lado del Puerto del Pico, las de Cuevas del Valle y San Esteban del Valle.   

 Tuve la idea de organizar una en Hoyocasero, el día 1 de agosto de 1987.

Antonio y su cuñado Luis, maestros en Ávila, se encargaron de idear pruebas para jóvenes y niños.  Luis, hijo de Primo, por su experiencia en el bar nos preparó una excelente sangría y solo faltaba la parte cultural.


Anastasio
, cura de Robledillo, dirigía un grupo de teatro de jóvenes de su pueblo. Me puse en contacto con ellos y todo fueron facilidades. Únicamente había que ir a buscar a los chicos en coche y así lo hice. Después de la obra “los hijos del labriego” y unos sketches sobre la actualidad nacional y local, debutó de forma altruista, el grupo local Ticket ante los suyos y así terminamos un día que nos salió redondo.

 Mi grupo de verano.

 Beni

Hijo de Antonia y sobrino de Iltrudes, las dos mejores amigas de mi madre. Era un tipo integro, que rezumaba carisma, de trato cercano y respetuoso. Nos organizaba en su corral partidas de mus. Las finalizábamos con unos exquisitos steaks a la pimienta, que él mismo preparaba, para terminar con tarta al whisky.  ¡como para adelgazar!

Excelente pintor, funcionario y empresario de la enseñanza especial. Aunque por un tiempo intenté su teoría de fricciones matutinas con agua fría, para evitar la caída del cabello, en mí no surtió efecto alguno. Quizás se le olvido decirme que tenía que ser agua de Lourdes o Fátima.  

  Zubi, jefazo de los laboratorios Janssen, con solo oírle su expresión más característica “a picar a la mina”, cuando nos pasaportaba a pagar a la barra del bar, te dabas cuenta que aun sin la gorra de Pichi, estabas ante un castizo madrileño, a pesar de su apellido.

Espero que, a estas alturas, la historia de la perra “careta” sea bien conocida en el pueblo, aunque el único que la contaba de forma magistral era Angel Zubi. Nos tenía boquiabiertos a la puerta de mi casa, hasta que el fresco de las noches se convertía en frio.  

 Su otro cuñado, Carlos, cámara de TVE, nos ponía al día de los cotilleos de la casa y me criticaba los tirones que daba a la hora de grabar y eso que yo pensaba que lo hacía bien.  

Hablando de cotilleos, debéis de saber que aprovechaba la partida en el bar con Agustín, (hijo de Silviano) y exbatería de Julio Iglesias, que nos alucinaba con   las rarezas y manías del cantante. En ocasiones fui pareja de partida del guaperas Chema, joven guardia civil que traía loca a más de una muchacha. También Luis, a quien años después saludé casi en secreto, en las inmediaciones del estadio Helmántico, cuando bufanda al cuello bajaba de un autobús con seguidores de la Real Sociedad.


 Puedo presumir que, en el año 1987, me proclamé campeón del torneo de mus. Más por méritos de Luis (hijo de Foche), que por los míos. De todos modos, mis “faroles” en algo contribuirían, digo yo.

  



Fiestas de Hoyocasero

 Hoyocasero tenía dos fiestas principales:

 Romería del Cristo de los Santos  

 

Después de Semana Santa, era la primera disculpa que tenían Los madrileños para acercarse al pueblo. No era en fecha fija y dependía de la Semana Santa. Después de los bailes a los sones de la gaita de tío Marcelo, siempre acompañado de su hijo Ricardo, que tocaba el tamboril.  Merendaban en torno a la ermita del Cristo y las tumbas celtas.

 A alguno tuve que atender al día siguiente, porque seguía todavía de un contento subido. Es lo que tiene tanto fervor.

 Virgen de las Angustias


 
La otra fiesta importante era la de la Virgen de las Angustias, el 15 de septiembre.

El día anterior por la noche tenía lugar el concurso y desfile de disfraces.

Promotor de los mismos fue Domi (pastelero), que implicaba a toda la familia y animadores, presentadores de los mismos Alberto (hijo de Venancio el carnicero) y Miguel (hermano de Neme).

El pueblo recibía ese día a multitud de forasteros, procedentes de los pueblos limítrofes, en su mayoría.

Se olvidaban las disputas, se mezclaban nativos y foráneos, grandes y pequeños y todos a disfrutar. Lo sentían como algo suyo. Diseño y coreografía la llevaban en absoluto secreto.  Con puestas en escena propias de las mejores películas, aunque por medio hubiera algún corte o machucón en la elaboración de los mismos.

Nuria Terreros, la hija del cazador, dirigía y corregía las posturitas y bailes de los jóvenes y niños que hacían las delicias de abuelos y padres. Quizás entre ellos estuviera el sucesor de Michael Jackson o de la bailarina de Flashdance.

Si ha salido alguno perteneciente hoy día al “famoseo” lo desconozco. Únicamente recuerdo a Cristina López Schlichting (COPE) y su hermana Patricia (azafata de Un, Dos, Tres), pero seguro que habrá más que escapan a mi conocimiento.

En esos años, el vídeo era una novedad y al día siguiente lo proyectaba en el escenario de la plaza, porque ningún bar tenía tanto aforo.

 Misa y procesión

 El 15 de septiembre. Era el colofón al verano. Misa y procesión. Algún año deslucido por la lluvia. Acudían a misa con sus mejores galas. Presumían del crecimiento durante el verano de sus hijos y nietos.

Tras la procesión, todos veíamos en este día el final de las vacaciones. El retorno de los suyos a Vizcaya o Madrid.  El pueblo volvería a la rutina y tranquilidad de los pocos que quedábamos en él.

Algún hijo/a advertía a sus padres que no fueran tan dejados y que cuando tuvieran el más mínimo síntoma acudieran a D. Antonio. Yo les decía: ¡Faltaría más, es mi obligación!

 Los mayores asentían, pero los primeros días lo pasaban mal.

 Las calles enmudecían y aun resonaban los ecos festivos para los que nos quedábamos y debíamos seguir la misma rutina: la escuela, el campo, el ganado, los paseos por el Pinar y por supuesto los dolores y achaques de los más mayores

 Despedida.

 Era consciente de que todo aquel que pasara por delante de mí cámara, corría el riesgo de ser reconocido años después, comprobando el inexorable efecto del tiempo sobre los protagonistas y despertando las risas, sonrisas o lágrimas de emoción.

A grandes rasgos estas fueron mis vivencias durante el tiempo que permanecí entre vosotros.

Sin duda esos días, marcarían mi futuro, tanto en lo personal como en lo profesional. ¡Quién nos lo iba a decir a tío Goyo y a mí, cuando lo encontré aquella fría tarde de enero de 1984!

 Ruegos

 Ruego me perdone quien crea que pudiera haber errado en el ejercicio de mi profesión.

Ruego me perdone quien se haya sentido agraviado/a por mí olvido y no le haya mencionado, o no lo suficiente como merecía.

 Ruego me perdone quien se haya podido sentir receloso/sa   por algún comentario, hecho sin la menor maldad, sobre él o algún familiar.

Ruego me perdone a quién haya golpeado su memoria por devolver imágenes que estuvieran en lo más profundo de su ser y que la nostalgia del pasado le haya hecho derramar alguna lagrima en su corazón.

 Mi única intención ha sido rescatar del olvido, a los hoy adultos pero niños de entonces, y homenajear a la generación que besaba el pan cuando se caía al suelo y que a buen seguro como estrellas en el cielo rigen nuestros pasos.

 Gracias

 Gracias a todos y en especial a Mercedes por haberse acordado de aquel médico de la perrita.

 Me ha demostrado ser una enamorada del pueblo, sus parajes y sus gentes.

Salvador, el maestro, me confesó que era de 10 porque el once no existía.  No es de extrañar que haya llegado donde lo ha hecho. Parafraseando a ella misma, siempre la recordaré como la chica que supo labrarse un brillante porvenir dentro “del abanico de posibilidades” que la sociedad ofrecía a las jóvenes mujeres en aquella época. Llevando muy a gala su procedencia del medio rural.

Agradecida y entrañable. Hasta la hice madrugar en una ocasión, pensando equivocadamente que su horario coincidía con el mío.

Aunque nunca le llegaré a perdonar el día en que me amenazó con cortar la conversación: “Bueno Antonio, perdona, pero me tengo que ir a hacer la comida”. ¡Si solo llevábamos hablando una hora!

Acabo de hablar en estos momentos con María, su madre, a quien de forma personal he querido agradecer que haya conocido, aunque sea por teléfono, a Mercedes. Hemos recordado los buenos y no tan buenos momentos vividos entonces.

Después de dar un buen repaso a los de antes y a los de ahora, me ha enseñado que a pesar de los reveses que le ha dado la vida, nunca ha perdido la resignación y el sentimiento positivo de la vida. En definitiva, me ha recordado a aquellas gentes laboriosas, de carácter sencillo y agradecido del que me hablaron mis compañeros nada más llegar al pueblo.

Hoy día trabajo en Salamanca. Me honra hacerlo en el Centro de Salud Sisinio De Castro. Lleva el nombre de mi gran profesor de Patología General. Ejemplo, no solo por sus conocimientos médicos, sino por su cercanía al paciente. De él aprendí que un alto porcentaje del éxito en el ejercicio de la medicina, radica en saber escuchar.

 Os doy las gracias por haber sido mis escuchantes, y haberme permitido acudir al baúl de los recuerdos para transformarlos en experiencias positivas, como terapia a los convulsos momentos que vivimos.

 Seguro que vuestros padres y abuelos tendrán para contaros anécdotas más gratificantes y próximas a vosotros. Sacad tiempo, disfrutad de ellos y ¡escuchadlos!

Gracias a la familia de Mercedes y a la mía, a quienes hemos privado de un tiempo que se merecían.

 Gracias a todos. Espero haberos convencido que nunca os olvidé.  Hasta pronto.

¡Cuidaos!

 Feliz 2021.

 

HOYOCASERO Y SUS GENTES, SIEMPRE EN MI CORAZÓN.

 

Antonio Blanco.

 






 


1 comentario:

  1. No recuerdo haber conocido personalmente a D. Antonio Blanco, médico de Hoyocasero. Pero me hubiera encantado conocerle y hablar con él. Un profesional de la medicina, tan humano como deduzco yo por su forma de recordar a sus pacientes de Hoyocasero, como D. Antonio Blanco, es particularmente digno de respeto y admiración cuando el Coronavirus político y sanitario español nos ofrece tan generosamente la pócima y puntilla mortal de la eutanasia. Niceto Blázquez.

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