Se me pone la piel de gallina solo de pensar que, el pinar de nuestra localidad no podrá ser admirado por las generaciones venideras.
Un pinar por el que de niños, cuando lo recorríamos hemos sentido admiración, sobre todo, al ver esos enormes pinos, tan rectos y tan altos que parecía que estaban acariciando el cielo con sus copas. Un pinar, donde en primavera impacta el enorme contraste que nuestra vista puede apreciar, sobre un verde intenso se extiende un tapiz de flores amarillas, la "pulsatilla alpina" más conocida para los lugareños como "monterones", en el que surgirá la rosa de Alejandría, salpicándolo todo con su fuerte color, o cuando al agacharnos nos llega el olor de las campanitas. Si ahondamos en las zonas más húmedas podremos agasajar nuestra vista con lirios y orquídeas, y también nos llegará la fragancia de la nieta. ¿Como podremos prescindir de este privilegio?......
El Poeta Chino Han Shan dijo:
Las montañas, los ríos y la tierra misma son partes de la unidad. La mente clara es transparente; Toda la existencia puede verse a través de ella. La mente nublada por la ilusión del ego solo se ve a sí misma.
Este artículo, publicado en 2015, nos invita a reflexionar sobre el futuro de nuestro pinar y sobre lo que se puede hacer para que logre regenerarse, no debemos permitir que se cumplan los peores presagios.
La dendroecología señala que no todo es culpa del cambio climático
- Un equipo de investigación, en el que participa la UPM, concluye que el declive del pinar abulense de Hoyocasero, de especial interés ecológico, está causada por la gestión del hombre, lo que permite establecer medidas para garantizar su supervivencia.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (Inia) y la Universidad de Aix-Marsella (Francia)han puesto en evidencia cambios irreversibles en la estructura del pinar de Hoyocasero, situado en la provincia de Ávila, mediante técnicas de análisis dendroecológicos. Las conclusiones obtenidas señalan que la falta de regeneración de los pinos no proviene del cambio climático, sino de la gestión del hombre sobre la masa forestal y, por tanto, es posible establecer medidas de protección para garantizar su supervivencia.
Como en tantos otros enclaves de la península ibérica, el valioso patrimonio natural del pinar de Hoyocasero puede tener los días contados. La riqueza y el interés de las plantas presentes en este bosque vienen llamando la atención desde el siglo XIX de naturalistas nacionales e internacionales, como el alemán Heinrich Moritz Willkomm (1821-1895). En este enclave se describieron en su momento varias especies nuevas para la ciencia. Además, numerosas plantas de óptimo septentrional se conservan aquí como auténticas reliquias, sin olvidar las especies mediterráneas que destacan por su rareza en esta zona del Sistema Central.
Agustín Rubio Sánchez, profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes, Forestal y del Medio Natural de la UPM, ha analizado, junto a un equipo multidisciplinar de investigadores, la dinámica de este pinar —un pinar de pino silvestre— en relación con la colonización por otras especies forestales más tolerantes a la sequía, como el rebollo. En el estudio se han combinado datos dendrocronológicos, climáticos y dasométricos.
Los patrones de edad observados en los ejemplares arbóreos sugieren un origen natural para las dos especies presentes en el bosque, el pino y el rebollo. Conforme a la estructura de edad y a las referencias históricas, es muy probable que este pinar sea el último vestigio de un pinar más extenso que debía ocupar la región. Sin embargo, mientras que la regeneración natural es constante desde 1950 para los rebollos, casi no hay regeneración natural de pinos desde 1870. Las técnicas de análisis empleadas han permitido identificar una mayor afección a las altas temperaturas desde la primavera al otoño, así como un aumento en la sensibilidad del pino a la sequía en los últimos años. A pesar de todo, la estructura del pinar establecido en el siglo XIX todavía no evidencia síntomas de declive atribuibles al cambio climático.
Rodal dominado por rebollo (en primer término) en un claro abierto por la gestióno forestal en el pinar maduro (segundo plano). / Agustín Rubio Sánchez |
Dado que la falta de regenerado del pino no es un proceso nuevo y se viene presentando desde antes de las evidencias sobre el cambio climático, los investigadores indican que el declive del pinar bien podría ser un efecto directo o indirecto de la gestión de la masa forestal. Así, la expansión de los rebollos parece ligarse a una reducción de la intensidad de la gestión antrópica desde mediados del siglo XX, probablemente relacionada con el descenso de la población local y el abandono del uso de la leña como principal fuente de energía en el medio rural.
La actuación del hombre sobre la masa forestal con las modificaciones que causa sobre la vegetación acompañante y las propiedades del suelo (cambios de acidez y de nutrientes) podría estar jugando un importante papel en la dinámica del bosque, destacan los autores del estudio. Por eso, advierten que mientras no se adopten medidas específicas que garanticen la persistencia del pinar de Hoyocasero, tal y como hoy lo conocemos, nos estaremos preguntando si este será el final de su valioso patrimonio natural.
GEA-IZQUIERDO, G., MONTES, F., GAVILÁN, R.G., CAÑELLAS, I. & RUBIO A, 2015. “Is this the end? Dynamics of a relict stand from pervasively deforested ancient Iberian pine forests”. European Journal of Forest Research, 134: 525-536. DOI 10.1007/s10342-015-0869-z.
En este enlace podéis escuchar la intervención de Agustín Rubio Sánchez, en su entrevista en la cadena Ser Ávila:
http://play.cadenaser.com/audio/063RD010000000026545/
Solo espero que entre todos tengamos la capacidad y la sabiduría para poder trabajar en el desarrollo e incremento de nuestro pinar, desde niña he visto el pinar de mi pueblo como algo mágico, donde íbamos a coger flores para el Cristo, ya no se hace, pero yo siempre que hablo y visito el pinar me lleno de una energía que me dura hasta la vuelta.Isa.
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