A pesar de que el origen de los disfraces por carnaval provenga del antiguo Egipto, originalmente, los cristianos fueron quienes comenzaron a celebrar el carnaval en homenaje a la llegada de la Cuaresma. En los días previos, los creyentes cristianos comían carne por última vez para ayunar los 40 días posteriores, en los que se recuerda el tiempo que pasó Jesús en el desierto, además de los 40 días que duró el diluvio universal y los 40 años de marcha del pueblo judío. Fue, precisamente, el hecho de comer carne por última vez hasta el fin de la Cuaresma, lo que le otorgó el nombre de “Carnaval”, procedente del latín carne-levare “abandonar la carne”.
En España la celebración de este tipo de fiestas ha estado marcada por la historia más reciente de nuestro país. En el año 1936, estalló la Guerra Civil, Republicanos y Nacionales se enfrentaban en un conflicto que marcó, sin duda, el destino de nuestra Nación. En este contexto, la mayoría de la festividades fueron anuladas y algunas, como el carnaval, prohibidas.
De este hecho, ya nos puso al día José Jiménez, quién en esa etapa de prohibición llegó a pasar junto a Vidal el de Tía Segunda y Benino el de tía Silveria, cuatro días en la cárcel del pueblo por hacer carnaval el día del miércoles de ceniza, debido a una prohibición. Según recuerda José, decidieron hacer carnaval haciendo uso de bragas (entendemos que serían las de sus madres) y no llevar nada encima….. Como eran otras épocas, dos de sus quintos, entre los que se encontraban Vítor el de tía Emilia, decidieron llevarles una botella de vino (ya se sabe, las penas con pan….), y los vio el Alcalde, metiéndoles a ellos también a la cárcel para que juntos cumplieran la pena. Otros vecinos recuerdan ver a sus madres llevarles el bocadillo a la cárcel y meterlo por un pequeño ventanuco que había.
La cárcel estaba situada donde hoy está el Ayuntamiento por el lateral de tía Josefa, allí continúa el ventanuco por donde los “reos” eran alimentados.
Los personajes se retan cada uno con su ejército: D.Carnal con bueyes, cerdos, gallinas, becerros y cabras. Dña. Cuaresma con su legión de vegetales y mariscos.
Doña Cuaresma, aprovechando la ocasión, entra en el Cuartel de su enemigo, y sin dificultad lo somete y aprisiona. Desde el primer día de su vencimiento, miércoles de ceniza, Don Carnal es obligado a confesarse y a realizar penitencia, ayuno y abstinencia, mientras que Doña Cuaresma, triunfante, asea su casa, sus vestidos y su cuerpo y sale a la iglesia a convocar a los feligreses católicos para que participen en los ritos religiosos
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