“Me acomodé en la delantera cerca del mayoral y entre dos viajeros: un indiano que tornaba de Méjico a su aldea natal, escondida en Tierras de Pinares, y un viejo campesino que venía de Barcelona,donde embarcara a dos de sus hijos para el Plata. No cruzaréis la alta estepa de Castilla sin encontrar gentes que os hablen de Ultramar”.
La emigración en masa que se produjo en España desde la segunda mitad del siglo XIX hasta la transición democrática, aunque con diferentes periodos de intensidad, fue muy superior a la generada durante los cuatro siglos del periodo colonial. ¿Quienes protagonizaron este fenómeno?. Como ocurre en todos los movimientos migratorios de larga distancia, en los siglos XIX y XX, los flujos de españoles que salieron, estaban constituidos sobre todo por varones, jóvenes y solteros en su mayoría, aunque también hubo una importante emigración en familia. Hombres y mujeres originarios en su mayoría de las zonas rurales que buscaban, de manera legal o burlando los controles
oficiales, oportunidades que su tierra no les daba.
Unos emigraban con el objetivo de permanecer y empezar una nueva vida, otros, con la idea de ser “golondrinas” que saltaban de un lado a otro del Atlántico, combinando mercados laborales en una permanente temporalidad entre dos orillas. Para muchos, su único equipaje era la voluntad de salir adelante y una mínima formación que consistía en saber leer y escribir, porque es sabido que las familias seleccionaban a aquellos miembros que estaban en mejores condiciones para situarse en el país de destino.
La pobreza y la falta de expectativas en una España agraria y atrasada, con unos mercados de trabajo industriales y de servicios muy concentrados en Cataluña, el País Vasco y Madrid que no podían absorber el continuado éxodo rural iniciado a finales del XIX ,empujaba a hombres y mujeres a buscar otros medios de vida en tierras lejanas.
La guerra y la postguerra generaron una última oleada de emigración empujada por la represión, el hambre y la falta de oportunidades en la España franquista. Miles de hombres, de mujeres y de niños, porque la emigración en esta última etapa tiene un componente familiar importante, se trasladaron fuera de su tierra, pero no por ello se olvidaron de ella, una muestra de ello es Martiniano de Tuñas Jiménez, que vive en Barcelona junto a su familia, donde se trasladó por motivos laborales y donde vive sin olvidar sus orígenes. A sus 90 años se ha convertido en un colaborador imprescindible para poder contar historias en nuestro blog, además de ser el último danzante de la época de los años 40 que sigue refrescando nuestras historias con su buena memoria.
Hace justo un año, me remitió en una carta escrita de puño y letra,una hermosa poesía que él ha escrito, recordando la fiesta de nuestra Patrona, la Virgen de las Angustias y que paso a transcribir, para que nunca se olvide y él pueda disfrutarla en una distancia hoy no tan lejana.
Martiniano y su esposa Matilde |
Hace justo un año, me remitió en una carta escrita de puño y letra,una hermosa poesía que él ha escrito, recordando la fiesta de nuestra Patrona, la Virgen de las Angustias y que paso a transcribir, para que nunca se olvide y él pueda disfrutarla en una distancia hoy no tan lejana.
LA FIESTA DEL PUEBLO
Hace
muchos años
Que
salí del pueblo
Buscando
otra vida
Buscando
algo nuevo,
Sacando
tan solo
Mi
alma y mi cuerpo,
Muchas
ilusiones
Y
muchos recuerdos
Allí
me dejaba
Muchos
de mis sueños
Familia
y amigos,
Mi
pasado entero;
Pero
esto no importa,
Me
marchaba contento
Porque
sé que puedo
Vivir
de mi sueldo,
Hacer
otra vida
Que
trabaje menos
Y
puede que logre
Al
pasar el tiempo
Borrar
de mi mente
Hasta
los recuerdos
Que
llevo conmigo
Que
saqué del pueblo.
|
Ya
han pasado años
De
estos pensamientos
Y
a decir verdad,
Si
he de ser sincero,
Tengo
muy presentes
En
todo momento
Familia
y amigos
Y
mi vida en el pueblo,
No
se olvida nada
Siguen
los recuerdos:
Y
es cosa curiosa,
De
entre todos ellos
Del
día de la Virgen
Patrona
del pueblo
Es
sin duda alguna
Del
que más me acuerdo;
Como
si en mi mente
Tuviera
un espejo
Que
me reflejara
Los
años aquellos
Cuando
yo era joven
Cuando
yo era mozo.
Aquel
comentario
Antes
de las fiestas
¿Qué
músicos tocan,
Los
Talaos, los Charpas
O
traen una orquesta?
|
Todo
se prepara
Llegan
los de fuera,
Se
juntan las familias,
Saludos,
abrazos,
Todo
es alegría,
Y
por fin se llega
Al
día de la fiesta.
Despiertas
oyendo
Toques
de Diana
Más
tardes se oye
El
toque de campanas
Que
anuncian la misa,
Donde
nadie falta,
Donde
todos asisten
Con
sus mejores galas.
Termina
la misa
Y
aquellas portadas
Se
abren de lleno
Y
asoma la Virgen
¡Qué
Virgen más guapa!
Se
va en procesión
Por
calles y plazas
Llevándola
a hombros,
Bailando
las danzas;
Suenan
los cohetes
Y
un grito que sale
Desde
una garganta
|
¡Viva
nuestra Virgen!
Aquello
emociona;
Después
el remate
De
banzos de entrada
De
subir al trono
A
la Virgen Santa
Con
esto terminan
Los
ritos de iglesia
Y
empiezan los bailes
Empiezan
las juergas
Se
llenan los bares
Se
llena la plaza,
Todos
se divierten
Todos
cantan, bailan
Hasta
que los músicos
Tocando
una jota,
Una
jota larga
Anuncian
que es hora
De
reunirse en casa
Para
comer juntos
Sentarse
a la mesa
Una
vez al año
Familias
enteras.
La
tarde se inicia
Cuan
allá en la plaza
Con
aquel redoble
|
Del
tambor sonoro
Y
aquellas dulzainas
Platillos
y bombo,
Te
anuncian que es hora
De
seguir la fiesta
Y
en pocos minutos
La
plaza se llena
De
niños y viejos,
De
mozos y mozas;
Se
juntan en corros
Bailan,
cantan, juegan
Y
aquellos mayores
Entre
si comentan,
Hay
que divertirse
Que
estamos en fiestas.
El
año que hay toros
A
mí me hace gracia
Algunas
señoras
Se
van a la plaza
A
coger asiento
Desde
la mañana
Pero
cuando empiezan,
Se
ponen los mozos
Delante
de ellas
Y
las pobres señoras
Es
que no ven nada
|
Luego
ya de noche
Se
hacen las verbenas,
Suenan
los cohetes,
Las
tracas empiezan
A
lanzar al cielo
Un
montón de estrellas
De
todos colores,
Hay
quién se embelesa;
Pero
cuando sale
La
palera aquella
Oyes
aquel Oh.....
Qué
bonita es esa;
Y
en aquel silencio,
Cuando
todos miran
La
palmera aquella,
Se
oye un “BOM” tan fuerte
Que
aturde y anuncia
Que
se ha terminado
El
día de la fiesta;
Pero
no termina
Los
mozos y mozas
Personas
mayores
Familias
enteras
Cogen
sus guitarras
Y
siguen la fiesta
Hasta
el día siguiente
Porque
no se acuestan
|
Hasta
una semana
Duraban
las fiestas,
Después
días más tarde
Cuando
ya no hay toros
Verbenas
ni baile,
Cuando
ya está todo
Tranquilo
en silencio,
Oyes
a lo lejos
Aquellos
redobles
Del
tambor sonoro
Y
aquellas dulzainas
Platillos
y bombo
Aunque
ya no hay nada
Ya
ha pasado todo.
Muchos
años hace
Que
no veo las fiestas,
Pero
siempre hay
Alguien
que me cuenta
Que
música toca,
Y
algo me da pena
Porque
hay tradiciones
Que
ya están perdidas
Y
aunque ponen otras
Que
llaman modernas
Ya
no son lo mismo,
Ya
no son aquellas
Que
tanto gustaron
Por
ser antiguas
Y
aunque hay que amoldarse
A
las cosas nuevas
Yo
sigo pensando
En
el día de la fiesta
Igual
que aquel día
Que
salí del pueblo
Porque
aún siguen vivos
Todos
los recuerdos.
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