martes, 25 de noviembre de 2014

LOS OFICIOS: EL SERENO



Ramón de Mesonero Romanos, fue un escritor español, nacido en Madrid en 1803 y falleció en 1882. Sus estudios históricos y artículos de costumbres dedicados a la capital de España, le hicieron acreedor de los títulos de cronista y bibliotecario perpetuo de la Villa. Entre los oficios que resaltó en sus documentos, fue el del SERENO, a quien describía de forma romántica, como un luchador nocturno contra las fuerzas del mal.

Pero no debemos creer que este oficio es reciente o inventado en España, ya en la antigua Roma existían los "vigilantes de intramuros" o las referencias existentes en el Londres del S. XVIII, donde eran conocidos como "night watchmen",que eran los encargados de patrullar las húmedas calles londinenses avisando de los peligros con una matraca.

La introducción de la figura del sereno en España también data del siglo XVIII y responde a una necesidad social que se estaba produciendo en aquellas fechas. Esta instauración se produce con la llegada del Rey Carlos III, quién se da cuenta del descontento burgués ante el elevado número de robos y atropellos.Este Rey ilustrado, creó un grupo de vigilantes nocturnos que comenzaron a trabajar Cádiz y Valencia, y que la Reina María Cristina se encargaría a la postre de extenderlo por toda la geografía nacional.

El nombre del sereno, les viene precisamente de esta segunda ciudad, parece que entre sus obligaciones estaba la de anunciar cada cuarto de hora el tiempo y la meteorología del momento, y como el cielo en Valencia es bastante benigno siempre utilizaban la palabra “sereno”, quedando de esta manera su nombre de pila para la posteridad.


EL SERENO EN HOYOCASERO

Pues sí, en Hoyocasero también existieron serenos, allá por los década de los 40, y casi con la finalidad que dio su origen, es decir garantizar la seguridad en la localidad, puesto que en esa época se dieron varios asaltos de los "maquis" a comercios e industrias de nuestro pueblo, había personas que fueron serenos en Hoyocasero.

Las personas que tuvieron este oficio, y que se recuerdan sin descartar que hubiera otros fueron tío Justo el Lobito y tío Eusebio Mulillas. Su función era dar vueltas por las calles del pueblo durante toda la noche repartiéndose el pueblo y yendo cada uno por un sitio hasta que volvían a encontrarse.

La hora de salir sobre las 10 de la noche y estaban hasta el alba, dando las horas y el tiempo, no es difícil imaginar a estos hombres caminando por las oscuras calles y callejuelas, con ventisca, nieve, lluvia..., anunciando la hora y la meteorología. No se sabe muy bien hasta el año en que se mantuvo este oficio, pero si recuerdan que hacían mucha compañía, sobre todo en las noches invernales.

Desgraciadamente a finales del siglo XX la figura del sereno, frente al establecimiento de una policía más profesional, los adelantos técnicos y los vigilante privados, desaparece de nuestras vidas quedando como un recuerdo nostálgico de un tiempo en que si levantabas la cabeza de la mullida cama podías sentirte tranquilo pues sabias que una persona, un ángel de la guardia velaba por ti.