miércoles, 27 de marzo de 2013

SEMANA SANTA EN HOYOCASERO (TERCERA PARTE)


·       El montaje del Monumento, procesiones, velatorios junto al monumento y visitas al Santísimo,  centraban dos días que se vivían con gran intensidad.

 

El jueves se procedía al montaje del Monumento, María recuerda, que los años en los que se encargó Tío Quinti de su montaje, era impresionante, puesto que lo hacía muy bien. Tío Quinti además de esto, también se encargaba de amenizar los rituales con el órgano.


A la misa de Jueves Santo acudía el Ayuntamiento en pleno, los alcaldes salientes, eran los encargados de llevar el Palio que cubría al Señor Cura, la misa de jueves Santo se celebraba por la mañana, y en el monumento se colocaban los bastones de mando del Alcalde y el Juez de Paz que protegerían al Santísimo durante los días de Semana Santa.

 
Tío Miguelillo (marido de tía Dorotea), se encargaba de nombrar a los hombres para el lavatorio de los pies, quienes además serían los encargados de llevar las velas para acompañar a los difuntos durante ese año.


Los cofrades de la Veracruz, eran los designados para velar al monumento durante la Semana Santa, así los hombres de dos en dos se iban turnando cada dos horas y las mujeres acudían a velar al Santísimo de cuatro en cuatro durante una hora.


Mientras otros fieles de nuestros pueblos no dejaban de realizar las siete visitas que eran obligatorias al monumento.
 
 
Eusebia Gonzalez ha recuperado para este blog
canciones y poesías que estaban practicamente
perdidas. Nuestro agradecimiento hacia ella.
 

 
EL LAVATORIO

 

Cual humilde y amoroso

Tomó una blanca toalla

El Señor y puesta al hombro

Y una vacía de agua

Para hacer el lavatorio

 

Puso a los pies de Pedro

El Señor para lavarlos

Al punto se arrojó al suelo

Diciéndole “maestro amado

Eso yo no lo consiento.

 

Eso de lavar los pies

Para mi Señor se queda

Soy un pobre pescador

Que vengo de baja esfera

Más no vos mi Redentor.

 

Vos sois un Señor tan grande

Y yo cual vil gusanillo,

Primero prefiero que antes

Sea de fieras comido

Que consentir que me lave”.

 

Le miró el Señor y dijo:

“si no te dejas lavar

No me tendrás por amigo

Ni menos podrás gozar

el eternal paraíso”.

 

Al punto arrojose al agua

Diciendo: lava mis pies

Y todo mi cuerpo, lava,

Señor aquí me tenéis

Vuestra voluntad se haga”.

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