domingo, 24 de febrero de 2013

LA ENTRADA EN QUINTA, UN MOMENTO CRUCIAL EN LA VIDA DE NUESTROS VECINOS. (SEGUNDA PARTE)


·        Suponía pasar a tener los privilegios de los mayores, desde tomar un chato de vino a poder tener unos días de fiesta sin pensar en el trabajo…..

Mucho han cambiado las cosas, desde la desaparición del Servicio Militar obligatorio, tras repasar en el pasado artículo la creación de la “Mili”, hasta su desaparición en el año 2001, el momento de la talla, suponía uno de los momentos más importantes en la vida de un joven, no solo en nuestra localidad, si no en toda España. Gracias a la colaboración de José Jiménez y María Martín, nos permitirá ir descubriendo como se vivían aquellos momentos.

Todo comenzaba el denominado “domingo gordo”, día en el que los mozos que entraban en quinta acudían al Ayuntamiento a que les tallaran. En los primeros años, era el Alcalde el encargado de recibir a los mozos y ejercer como máxima autoridad local de apuntar a los que realizarían el servicio militar. A posteriori el Alcalde estaba acompañado por el médico local, que también les pasaba un reconocimiento médico. 

Para este momento, los “quintos” eran acompañados por familiares y vecinos, acudían engalanados con sus mejores trajes y tras ser tallados, todos a misa, acompañados siempre por la música de las guitarras, que tan importante ha sido siempre en todos los eventos locales. 

Quintos Año 1959 Hoyocasero (Ávila).
Este día, era un momento crucial para los mozos, a partir de este momento se les consideraba “mayores” e incluso, el primero en invitarles a un chato de vino era su propio padre. 

Cuan importante debía ser esta fecha, cuando todo el mundo colaboraba, empezando por el Ayuntamiento que les cedía un lote de leña para que lo subastarán, siguiendo por todos y cada uno de los vecinos, que a la hora de hacer su matanza tenían presentes a los quintos y les dejaban su "aguinaldillo" para cuando fueran a pedir. Pero también estaban los que cedían la casa para que pudieran celebrar su fiesta. Eso si, con condiciones, "la casa debía quedar mejor que se la dejaban"....

El sábado era el día de pedir por las calles del pueblo, y como hemos mencionado todos colaboraban con los mozos, quienes acompañados por la música, no dejaban un rincón del pueblo por el que pasar. 

El martes de carnaval era el día en que se corrían los gallos, para la ocasión, los quintos se ataviaban con sus mejores galas, los chalecos y el pañuelo serrano, y sus quintas con el mejor mantón que tuvieran en casa, hasta el burro que les llevaría a correr los gallos iba engalanado con lazos y cascabeles. Para la ocasión se había criado un gallo, que siempre era el mejor que hubiera en el gallinero. 


Domiciano López  López y la Quinta del 1967.
Pedro Pérez y la Quinta del 1971

Los gallos se corrían al principio en el carretero, donde esta la Fonda de Tia Ana, lugar que cambió cuando el tráfico se intensificó y fue sustituido por las Eras de la Ruiz. En el punto donde se iban a correr los gallos, se colocaban los postes y se ataban los gallos, en ocasiones hasta con alambre para que resultara imposible cogerlos a la primera… 

Domiciano López. Quintos 1967.
Y después…., todos a la plaza, allí llegaba el turno a las quintas, que torearían a la vaquilla en la plaza. Para ello, los quintos les cambiaban el mantón por la mantilla, y un mozo que ya había entrado en quinta se colocaba en el armazón que habían preparado, y las quintas se encargaban de torear,  y tras unos bailes en la plaza, la fiesta continuaba en la casa de los quintos.  


Quintos y Mozas con mantones en Hoyocasero. Año 1959.
Quintos 1959. 

Quinta toreando la Vaquilla en los Quintos de 1987.

El miércoles de ceniza, se realizaba el entierro de la sardina, y los quintos visitaban las casas, siempre acompañados con música, con un caldero lleno de gomas, cuernas y cualquier otro elemento que oliera mal, María recuerda que Tía Segunda “La Caldera”, siempre decía: “sí, que entren en mi casa con el “deshajumorio”, que así se van los malos espíritus”. 

Pero la fiesta no acababa aquí, duraba tanto como les duraba la comida y las ganas, quizás, este tipo de eventos hacía que los que habían sido quintos y celebrado su fiesta, mantuvieran su amistad de por vida.

2 comentarios:

  1. Una aclaración: lo de torear las vaquillas por parte de las quintas,según mí cuñado Gaspa, era una escalera con unos cuernos de vaca atados y tapado con una manta y llevado por uno o dos mozos ....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Alicia por la aclaración. Es como tu dices y hay fotos que lo corroboran, ahí hemos agregado una de una quinta toreando a la vaquilla en 1987. Gracias.

      Eliminar